Un día

8:48 de la mañana, la primera llamada del día, y todo comienza con un “buenos días mi amor” , y en ese momento, como por arte de magia, se vuelve un muy buen día, lleno de amor, de risas y de ilusiones.

A partir de ahí, cada hora, aparecen te amos o en mi pantalla o en la de él, recordándonos a cada segundo que existe una persona en este mundo que piensa y ama con cada una de sus células.
2:15 de la tarde, escuchar nuevamente su voz, deseándome que tenga linda tarde y que todo sea maravilloso en mi vida… los deseos son recíprocos.

Mas tarde, como a las 4 y media se repiten los te amos en las pantallas de estos aparatos electrónicos que nos permiten sentirnos cerca…

7 de la tarde, la incertidumbre llena mi sistema nervioso de maripositas, porque se que lo voy a ver, que le podré decir al odio cuanto lo amo y cuanto lo deseo…. Mis oídos escucharán lo mismo…

10 de la noche, acostada en mi cama, el celular en la mano esperando un mensaje, una llamada … lo que sea que me mantenga viva y feliz…

Pareciera que es una rutina, pero estas partes de esta historia que comenzó hace 8 meses, es lo que me hace sentir viva, plena y feliz… sin estos momentos no sería lo mismo, no sería nuestro amor, no serían nuestros momentos… no seríamos nosotros.

Y yo espero, con ansias volteando a ver el reloj que cada una de estas partes de mi día se cumplan, que todo esto suceda y que, con cada pequeño detalle, me sienta cerca de él…