Un Mundo Lleno de Porques

Con tantas preguntas y tan pocas respuestas... o a veces ninguna

diciembre 15, 2004

PARTE I

Renata es una mujer misteriosa, con mirada profunda....
La conocí un día de los que no quiero recordar, pero por mas que intento no consigo olvidar, no se si por miedo o por envidia de su "vida" (si lo pongo entrecomillado porque no es lo que el mundo conoce como vida).

Ella es tan blanca que hasta las venas se pueden contar, el cabello tan negro que no parecía real, los ojos grandes y de mirada cautivadora, que hasta puedo jurar que leía lo que yo estaba pensando... en pocas palabras era tan hermosa como terrorífica.

Aquel día me encontraba leyendo uno de esos libros que tanto me gustan, de un erotismo disfrazado de terror, en el cual me siento absolutamente segura, porque además de ser un tema de controversia y ficción, manejo un tinte de fetichismo con hartas ganas de que todo aquello que leo fuese realidad. Siendo honestos, a quien no le encantaría poder tener en sus manos la capacidad de decidir sobre la vida o la muerte de una persona solo por el hecho de seguir en pie, tal es el caso de mi entrega absoluta a esos mundos irreales, bueno al menos eso creía yo.

En ese mismo café, siendo ya bastante tarde, la hora no la recuerdo, y la verdad es que no importa, total un minuto mas o menos que tengamos de vida no hace la diferencia y menos para lo que tenía planeado el destino para mí, apareció Renata - una mujer, como ya les conté bastante enigmática- y viéndome directamente a los ojos, con esos ojos que dan miedo pero mucho interés me dijo que si podía sentarse en mi mesa. Yo con todo el miedo y morbo del mundo le dije que si, quería saber que es lo que esa mujer quería de mí.

Yo dejé a un lado mi libro y ella me preguntó por qué tenía yo tanto gusto por esa literatura en particular, mi respuesta fue sencilla, porque si existieran, yo sería una de ellas. Ella soltó una ligera sonrisa, bastante maliciosa si hacemos un verdadero recuento.

Le pregunté porque era que quería sentarse en mi mesa y ella contestó que le había interesado mis gustos literarios, me emocioné, me dije que había encontrado una buena amiga para platicar acerca de películas, libros, música, juegos de rol, bueno toda una serie de situaciones que giran alrededor de nuestro gusto en común. Pero ella no lo vio así, en realidad ella odiaba el tema, le asqueaba el pensar simplemente que existieran personas como yo a las que poco les falta por poner un altar y alabar a esos seres....






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