Un Mundo Lleno de Porques

Con tantas preguntas y tan pocas respuestas... o a veces ninguna

julio 21, 2009

Hace varios (realmente ya son varios) un señor, de fina estampa, lindos ojos y hermosa voz, hacían de mis comidas en restaurantes tan vergonzosas, que era difícil ingerir esa carne asada que normalmente solicitábamos al Sr. Don mesero para los tres comensales, el sr de fina estampa, el hijo del dicho señor y su segura servidora (dicho sea de paso, también hija del ya mencionado señor). Les platico del porque de mis vergonzosos alimentos:

Mi señor padre, amante de la música, y músico de poca escuela, o tal vez nula, tenía la fascinación de cantar, cosa que hacía muy bien, he de confesar. Pues sí, también tenía otro pasatiempo, el cantarle a su pequeña hija, una simpática criaturilla (la que ahora escribe en este rincón cibernético) y lo hacía a la vista de todas las personas que en el recinto se encontraban, solicitando mariachi y cantando a todo pulmón.

Yo, he de confesar que a los 6 años, pues moría de vergüenza, pero años (muchos) más tarde, comprendí lo que significaba tal galantería y recordaba con tristeza, puesto que mi señor padre dejó de transitar por estas calles, y un tanto de nostalgia porque solo él había sido el hombre galante y detallista que había hecho eso por mí.

Pues, hace no muchos días (y realmente no son muchos) otro señor de fina estampa, no tan señor y si de muy fina estampa, con hermosos ojos y una voz inmensamente varonil, me hizo vivir algo similar.

Mi amor, amante de la música y músico autodidacta, tiene la fascinación de hacer de mis días maravillosos y tiene otro pasatiempo, robarle sonrisas a esta persona que sigue escribiendo, y provocarle que permanezca así por lo que resta de semana.

Pues en esta ocasión, me hizo revivir, en cierta forma lo que yo viví con mi padre, y en esta ocasión sin vergüenza, al contrario, con ganas de gritarle al mundo y con un sentimiento tan grande pero distinto al hombre que hizo de mi tarde (o tal vez noche.. ) un momento mágico, en donde me sentí inmensamente feliz, enamorada, sin palabras, con llanto en los ojos y escuchando al odio “la gloria eres tú”…

Y el amor… LA VIDA eres tú….

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